Causas antropogénicas de la incidencia de los bancos de medusas y sus consecuencias para el ser humano
Es bastante habitual leer en medios de comunicación locales y nacionales que la incidencia de las medusas es cada vez más frecuente y numerosa, con la evidente molestia que acarrea su presencia, en especial a los bañistas en la temporada de verano.
La creciente preocupación por el aumento en la población de medusas ha estimulado las especulaciones acerca de las posibles causas, que incluyen el cambio climático, la eutrofización, la sobrepesca y la introducción de especies invasoras entre otras (Graham & Baya 2007).
A pesar de estas suposiciones, las evidencias de un incremento sostenido en el tiempo de su población son escasas. Los análisis a muy largo plazo (10-100 años) demuestran que las poblaciones de las medusas fluctúan con el clima. Algunas evidencias muestran que existe una tendencia sostenida al alza (Attrill et al. 2007). Sin embargo, los estudios realizados a día de hoy son demasiado a corto plazo como para poder concluir que su aumento es independiente de los ciclos climáticos.
Los problemas registrados por las medusas han aumentado sensiblemente, siendo los más recurrentes las picadas a los bañistas y pescadores, la interferencia en la pesca y la acuicultura, y problemas en plantas energéticas que se sirven del agua de mar.
La habilidad que tienen las medusas para formar estas molestas masas de individuos es debido a que los distintos grupos (Scyphozoa, Cubozoa, Hydrozoa) presentan reproducción sexual y asexual. La mayoría de medusas que llegan a la costa se generan a partir de un pólipo que genera varias medusas por reproducción asexual (escifostoma en Scyphozoa e hidroide en Hydrozoa). Previamente, los pólipos adheridos al sustrato han generado más pólipos por reproducción asexual, magnificando el número de medusas que se generan a partir de un solo pólipo (los pólipos de clase Cubozoa son una excepción, generando una sola medusa).
Los grandes bancos de medusas tienen un impacto importante a nivel ecológico, que en muchas ocasiones perjudica los intereses del ser humano.
Cabe tener en cuenta que las medusas se alimentan de zooplancton, cambiando la dinámica de las poblaciones de zooplancton. Con ello, reducen la cantidad de alimento disponible para los peces. Además, se alimentan de ictioplancton (huevos y larvas de peces) y de juveniles de algunos peces, reduciendo también la población de peces de forma directa, muchos de ellos de gran interés comercial.
¿Está la población de medusas aumentando?
Como se ha señalado más arriba, la mayoría de datos recogidos a largo plazo muestran que el tamaño de las poblaciones de medusas varían con los cambios en los regímenes climáticos, en escalas de decenas de años (Purcell, 2005). Sin embargo, como se ha señalado; los aumentos persistentes en la población de medusas que no guarden relación con estos ciclos aún no han podido ser demostrados.
El principal indicador de estos aumentos hoy en día son la cantidad de incidencias y problemas causados por los bancos de medusas, que son registrados y cotejados anualmente. De hecho, el registro de estos problemas (picadas, interferencias en pesca, acuicultura y atascos en centrales térmicas) se ha visto aumentado en todo el planeta.
Por ejemplo, desde finales de los años 90, se ha visto una reducción en la productividad pesquera en el este de China, que guarda una correlación inversa con el aumento de la presencia de medusas en las redes de captura (Cheng et al. 2005).
En Namibia, las capturas de anchoa y sardina se han visto reducidas de forma muy importante en los últimos 30 años, coincidiendo con la proliferación de grandes poblaciones de Chrysaora hysoscella y Aequorea forskalea (Lynam et al., 2006).
En el sector energético se han registrado un aumento muy importante en el número de incidencias por interferencias y atascos en centrales dependientes de la entrada del agua de mar. Desde el año 2000, los bancos de medusas se han asociado con interrupciones en el suministro de energía y de plantas de desalinización en Asia Central, debido a la formación de aglomeraciones de medusas que impiden la entrada de agua a las plantas.
No obstante, pese a que existen evidencias de una tendencia al alza en las poblaciones de medusas, es pronto para encontrar pruebas que se sostengan para descartar que las poblaciones de medusas se hallen sujetas a los cambios en los regímenes climáticos.
Por otra parte, si el deterioro del medio (lo que incluye el calentamiento de los océanos) resultase beneficioso para la aparición de los bancos de medusas, la elevada población de medusas podría tener prevalencia en el tiempo al margen de las fluctuaciones predecibles en los regímenes climáticos.
Problemas generados por los bancos de medusas.
Las picadas de las medusas causan molestias, y en algunos casos pueden ocasionar emergencias médicas para bañistas. Las picadas severas provienen casi exclusivamente de medusas de la clase Cubozoa y de Physalia spp.
El aumento de la población mundial implica un aumento de las actividades humanas en la zona costera, por lo que es previsible que las picadas de las medusas sean también más frecuentes.
Indudablemente las playas infestadas de medusas repercuten muy negativamente en los destinos turísticos que basan su demanda en el turismo de sol y playa, al que tantos recursos se destinan en España. Por lo tanto es más que evidente el impacto económico que puede llegar a tener si se produce un incremento en la presencia de medusas en las playas.
La interferencia con las operaciones pesqueras es uno de los mayores problemas cuando hay grandes bancos de medusas, ya que merma la calidad de las capturas.
Las medusas matan a los peces que se encuentran en las granjas de engorde en mar abierto, siendo un problema importante para la industria de la acuicultura en Japón y Escocia. Las medusas pequeñas y los tentáculos de las medusas grandes entran en contacto con los peces confinados en las jaulas, irritando las agallas y derivando en hemorragias que los llevan a la muerte.
Posibles causas del aumento de la población mundial de medusas.
Muchos de los cambios generados en las aguas costeras debido a la acción del ser humano podrían beneficiar a las poblaciones de medusas en detrimento de las poblaciones de peces.
Muchos autores han especulado sobre cuáles son los factores que contribuyen a la aparición masiva de bancos de medusas y la forma en la que contribuyen. En nuestro caso nos vamos a centrar en el cambio climático, la eutrofización, la sobrepesca, la acuicultura y cómo la combinación de procesos puede potenciar la proliferación de las poblaciones de medusas.
En cualquier caso, queremos enfatizar que las posibles contribuciones del ser humano a la incidencia de los bancos de medusas no han podido ser demostrada, y las inferencias que señalamos a continuación se realizan a través de aparentes correlaciones, que arrojan interesantes hipótesis que todavía deben ser demostradas.
Cambio climático
La mayoría de especies de aguas temperadas estudiadas han mostrado un aumento en su proliferación al aumento de temperatura. De tal manera que el calentamiento de los océanos podría incrementar la población de muchas especies de medusas y cambiar la distribución de las especies a lo largo de los polos (Hansson, 2006).
Determinados estudios han demostrado que la aparición de los bancos de medusas está muchas veces asociada con cambios en las corrientes, como los que causan las incursiones o retenciones de Pelagia noctiluca en el Adriático o en las costas de las Islas Baleares.
La abundancia de medusas en el Mar Mediterráneo se asocia con las importantes variaciones en la masa de agua, que viene acompañada de cambios en la salinidad, además de una elevada temperatura. Se especula con que el cambio climático podría producir mayores alteraciones en las corrientes, por lo que se esperaría que los bancos de medusas apareciesen por localizaciones en las que no es habitual.
Determinados factores ambientales podrían afectar directamente en el tamaño y la distribución en el tiempo de las poblaciones de medusas. En medusas temperadas de las clases Scyphozoa e Hydrozoa, las temperaturas elevadas aumentan la reproducción asexual de los pólipos y de las medusas a las que dan lugar por estrobilación; derivando en un aumento del ratio medusas / pólipos.
Eutrofización
El proceso de eutrofización está considerado como uno de los mayores problemas de polución global. La eutrofización se asocia con un incremento descontrolado del aporte de nutrientes, alteración del ratio de nutrientes natural y turbidez del agua en las áreas costeras en desarrollo.
En resumen, un incremento de nutrientes conduce a un incremento de la biomasa en todos los niveles tróficos. Más alimento para los pólipos significa más reproducción asexual y sexual, lo que provoca una mayor incidencia de bancos de medusas.
Por ejemplo, la agricultura y otras actividades de desarrollo no sostenible incrementaron los niveles de nitratos en el Mar Menor. Mientras que los vertidos de aguas residuales disminuyeron los niveles de fosfatos a una magnitud 1:10. Estas condiciones se asocian con los descomunales bancos anuales de Cotylorhiza tuberculata y Rhizostoma pulmo registrados en ese área (Pérez-Ruzafa et al., 2002).
La eutrofización se asocia con bajos niveles de oxígeno disuelto (hipoxia), especialmente en la parte inferior de la columna de agua. Los peces evitan las aguas con estas características, ya que no toleran esas condiciones.
En cambio, las medusas tienen un nivel de tolerancia mucho mayor a bajas concentraciones de oxígeno disuelto, lo que les confiere una ventaja selectiva en condiciones de hipoxia. Además, la eutrofización y el desarrollo costero reducen la calidad del agua y la penetración de la luz, lo que condiciona a los peces, que se sirven del sentido de la vista para cazar. En cambio, las medusas son cazadoras ciegas, por lo que encuentran en condiciones de turbidez otra ventaja selectiva.
Sobrepesca
La sobremesa beneficia de forma directa a las poblaciones de medusas, ya que reduce las poblaciones de sus depredadores (Arai, 2005). Las medusas tienen en muchos peces de interés comercial a sus principales depredadores, como Onorhynchus keta, Peprilus triacanthus y Squalus acanthias.
Muchas tortugas como Dermochelys coriacea también se alimentan de medusas, y su pesca accidental y muertes en las redes favorecen la proliferación de las medusas, liberadas de sus depredadores naturales.
La pesca de peces más pequeños, que compiten con las medusas por el zooplancton son otro factor que contribuye a la consolidación de grandes poblaciones de medusas. Estas alteraciones humanas en combinación con las explicadas más arriba podrían estar contribuyendo a la expansión de la población mundial de medusas.
Acuicultura
La acuicultura podría estar beneficiando involuntariamente a las poblaciones de medusas. Primeramente, si se utiliza más alimento del que se consume, se está promoviendo la eutrofización de las aguas, con las consecuencias ya discutidas anteriormente.
Seguidamente, las jaulas de engorde proporcionan estructuras adicionales para la fijación de los pólipos, facilitando su proliferación.
Figura 3: Abundancia de Aurelia aurita en la bahía de Tapong, Taiwan. Se registra la abundancia de esta especie de medusas en tres estaciones de cultivo de ostras antes y después de abandonar la producción. El efecto de la retirada de las infraestructuras tiene un efecto bastante notorio en la población de medusas. (Purcell et al., 2007).
Finalmente, la acuicultura aumenta intencionada y directamente la población de medusas de interés gastronómico. En este sentido destaca Rhopilema esculentum, considerado un manjar en la cocina asiática. Más de 100 millones de ejemplares de 1cm son liberados anualmente en Febrero, para ser capturados de nuevo en Agosto, rebasando los 50 cm de diámetro.
Aunque es habitual que las medusas se consideren “entes muertos” de la cadena alimenticia, proporcionan alimento a muchas especies de interés comercial, además de a los humanos. De hecho, el consumo global de medusas a cargo del ser humano ha aumentado drásticamente desde la década de los 80.
Un dato interesante es que se ha demostrado que el consumo de medusas tiene propiedades que pueden reportar múltiples beneficios para la salud, habiéndose realizado con éxito ensayos clínicos promoviendo la inmunoestimulación y se ha demostrado efectivo para el tratamiento de la artritis (Sugahara et al., 2006).
Actualmente, las medusas se exhiben en muchísimos acuarios por todo el mundo, generando beneficios a nivel recreativo y educativo en millones de personas todos los años. Quizá las medusas puedan constituir en un futuro próximo una fuente para el desarrollo de nuevos fármacos, cosméticos o nuevas propuestas gastronómicas.